La Plaza de Bolívar y Moncayo

Con una respuesta desalentadora el profesor Gustavo Moncayo se dirige una vez al pueblo colombiano.

“Aquí me entierran”: Gustavo Moncayo
Tras una semana de vivir en una carpa en la Plaza de Bolívar y caminar durante 47 días, el profesor Gustavo Moncayo recibió noticias por parte de los grupos armados.



Gustavo Moncayo ha causado polémica. Durante el último mes y tras un largo trayecto pidiendo la liberación de su hijo y demás secuestrados, los grupos armados se comunicaron para dar una noticia no alentadora. “Aquí me entierran”, dijo tras enterarse que la guerrilla hablaría de un acuerdo humanitario sólo si liberaban guerrilleros como Simón Trinidad y “Sonia”, extraditados a los Estados Unidos, siendo éste un factor casi imposible según el Dr. Álvaro Uribe Vélez.

Muchos sin embargo se preguntan cómo es la situación que se vive actualmente en la Plaza de Bolívar tras su anhelada llegada. Se preguntan también, ¿Qué pasó con el alboroto?, ¿Dónde están sus fieles seguidores? Como los medios publicaron, su llegada trajo consigo millones de personas de otros lugares pero ¿dónde están ellos ahora?

Eran aproximadamente las 4:23 de la tarde, una tarde lluviosa y fría como lo es Bogotá en su cotidianidad. Algunos medios de comunicación se encontraban fuera de sus carpas aún mojadas por el aguacero. No hubo ningún alboroto o anomalía en el centro de la ciudad.

Por eso hoy en día es posible que los colombianos se pregunten si la popularidad el “caminante de la paz” llegó a su fin. “El profesor Gustavo Moncayo se robó mi corazón cuando inició su recorrido, sus fines eran compartidos y creí importante unirnos todos por ésta noble causa, pero ahora no entiendo porqué se cree político”- comentó Lourdes Bonilla, quien se encontraba en la Plaza de Bolívar en ése momento.
“El señor éste anda ahora que dizque haciendo política”- dijo Germán Torres, estudiante de la Universidad de los Andes.

Desde hace ya unos días la Plaza de Bolívar dejó de ser el centro de atención, las visitas constantes cesaron. Hoy lo único que se presenciaba eran unos cuantos soldados, y dos carpas humedecidas después del terrible aguacero.